Por: Angi Duran
En nuestra visita por Tenancingo de Degollado que en náhuatl significa “Cercado de una ciudad”, visitamos los tres lugares más representativos: el famoso Cristo Rey; conocido como el segundo más alto en el mundo, el parque Hermenegildo Galeana; lugar perfecto para encontrarse con la naturaleza y el centro de la cabecera municipal, donde nos encontramos con productores de rebozos.
En esta ocasión el equipo de la revista Veraz Noticias y Más, se trasladó a este municipio mexiquense que se encuentra al sur del Estado de México, a tan solo una hora de Toluca y a dos horas de la Ciudad de México.
Al llegar a Tenancingo, el primer punto de visita fue el famoso Cristo Rey, ubicado en el Cerro Tres Marías, estatua de más de 30 metros de altura dedicada a este monumento y el segundo más alto del mundo; después del cristo que se encuentra en Rio de Janeiro, Brasil.
Aunque al llegar al lugar el deterioro y la falta de mantenimiento deja mucho que desear de parte de las autoridades correspondientes, llámese federal, estatal o municipal.
El monumento a Cristo Rey inicio su construcción desde 1985, por iniciativa del sacerdote Jesús Hernández, originario de Tenancingo, desde entonces comenzó a recibir miles de visitas que suben los mil 195 escalones para refrendar su fe o simplemente admirar este majestuoso monumento.
Sin embargo, ahora se mira solo y con falta de vigilancia para sus visitantes, comentó la señora Humberta Lucia Espinoza, encargada de la limpieza del lugar.
“Normalmente se reciben más visitantes el fin de semana, pero desde hace ya más de 3 años, ha bajado mucho el turismo en la zona, creemos que se debe a la falta de seguridad, porque se presentaban muchos asaltos en la zona y aunque ya no tenemos este problema la gente ya no viene” comentó para este medio informativo.
Ella destacó que espera que las autoridades correspondientes, trabajen para que los visitantes regresen y conozcan este bello municipio mexiquense.
Para continuar con nuestro recorrido, nos dirigimos al parque Hermenegildo Galeana, recorrimos 10 kilómetros de carretera y terracería, para llegar a nuestro destino. Al llegar encontramos el lugar perfecto para encontrarse con la naturaleza y realizar actividades de deporte extremo.
En sus más de 300 hectáreas de zona boscosa, se ofrece hospedaje, palapas, área para camping y canchas deportivas, es el lugar magnifico para divertirse en compañía de la familia o amigos.
Continuando con nuestra visita por Tenancingo, nos dirigimos a la cabecera municipal, donde degustamos su comida tradicional y compramos artesanías.
Llegando al mercado municipal encontramos el platillo tradicional, el obispo, es un tipo embutido relleno de carne, jitomate, cebolla y epazote, es tan tradicional del lugar que año con año, en el mes de agosto se realiza la feria para que miles de visitantes disfruten de este platillo y seguir promocionándole.
Finalmente caminamos por los pasillos del mercado, donde también encontramos a los artesanos de rebosos, actividad que destaca en Tenancingo, principalmente durante el mes de septiembre que se realiza la feria del Rebozo, pero durante todo el año se pueden encontrar diferentes piezas que se producen con el telar, como: zapatos, bolsas, corbatas, diademas y rebozos.
“El trabajo típico que elaboramos es el rebozo, pero también trabajamos diferentes productos con el telar, todo lo que se puede para extender el mercado y satisfacer a los clientes”, expresó Maura Vásquez López artesana de Tenancingo.
La hora de nuestro regreso a la Ciudad de México se acercaba y los artesanos, comerciantes, habitantes y visitantes, demandaron de manera general a las autoridades del Estado de México y municipales, mayor atención para este núcleo turístico de la entidad mexiquense.